Los estudios sobre la visión que James Gibson hizo públicos durante la década del 1960 se enmarcan en lo que se ha denominado un “enfoque ecológico de la percepción”. Según Gibson, el organismo que percibe es mejor entendido como un agente activo capaz de coordinar sus propias capacidades de acción o de movimiento con la información disponible en el entorno inmediato. Dado el hecho de que este potencial para la acción difiere en organismos con distintos tipos de cuerpos, distintos tipos de organismos van a ser capaces de seleccionar distintos aspectos del entorno. De esta manera se constituye la noción de affordance en tanto oportunidad de acción.
En términos generales, las affordances del ambiente tienen que ver con lo que este ambiente le ofrece al organismo, para bien o para mal, como cuando la supervivencia de un animal depende de la manera en que se aprovechan apropiada y oportunamente las oportunidades de acción que presenta el entorno. La aproximación Gibsoneana a dichas affordances ha sido denominada como de carácter biológico-ambiental, en contraste a aquella otra aproximación de carácter perceptual propuesta por Donald Norman (1998). A partir de lo planteado por este último psicólogo cognitivo, se desprende que los "recursos externos” preceptuales, a pesar del estatus convencional que pueden tener, son tanto o más importantes que los otros.
Norman ha sido reconocido por su rol instrumental en el traspaso de la noción de affordance al campo de la investigación conocido como el de
La idea de “inferencia a la mejor interacción” es una expresión que deriva parcialmente de la denominada “inferencia a la mejor explicación” propuesta por Gilbert Harman, (1965) que a su vez se desarrolla a partir de las ideas de Peirce sobre
La inferencia a la mejor interacción, por su parte, es una noción que se funda no solamente en el enfoque ecológico de Gibson, sino también en la idea de “ingenieros ecológicos”. Según esta concepción, los animales somos capaces de construir nuestros propios nichos, lo que tiene una gran significancia evolutiva. La idea tradicional de la evolución por selección natural es que este es un proceso a través del cual los organismos cambian con el propósito de adaptarse mejor al ambiente. Alternativamente, se ha planteado (Sterelny, 2004) una énfasis en cómo los organismos actúan para modificar los desafíos físicos impuestos por el ambiente, constituyéndose así un proceso de construcción de nichos capaz de transformar los efectos de la selección natural tanto en los propios ingenieros ecológicos como en sus descendientes. En consecuencia, no sólo el ambiente constriñe la adaptación del organismo, sino que también lo hace el mismo organismo a través de su acción modificadora del ambiente.
La segunda caracterización Peirciana de abducción presentada anteriormente (i.e. la operación de adoptar hipótesis explicativas), ha sido extendida a tipos de acción ecológica que permitirían el acceso a “información” adicional, a través de “la mejor interacción” con el ambiente. La propuesta de fondo detrás de esta extensión es que los argumentos abductivos que los agentes cognitivos utilizan sólo para “licenciar la conjetura de una conclusión” (Woods, 2007) –y no para derivarla- mantienen una interacción recíproca continua con aquellas acciones modificadoras del ambiente señaladas. Según una conocida distinción metodológica, lo anterior se puede entender como una interacción recíproca y continua entre procesos off-line y on-line. Dicha interacción estaría regulada por una tendencia oportunista y natural presente en todos los animales, pero particularmente evolucionada en nuestro caso. Magnani (2008) resume el concepto de ingenieros ecológicos oportunistas [chance-seekers] de la siguiente manera:
“[…] humans like other creatures do not simply live their environment, but they actively shape and change it looking for suitable chances. In doing so, they construct cognitive niches through which the offerings provided by the environment in terms of cognitive possibilities are appropriately selected and/or manufactured to enhance their fitness as chance seekers. Hence, this ecological approach aims at understanding cognitive systems in terms of their environmental situatedness. Within this framework, chances are that “information” which is not stored internally in memory or already available in an external reserve but that has to be “extracted” and then picked up upon occasion.” (p. 2)
Según esta caracterización, la modificación del ambiente crea nichos cognitivos como parte de una acción orientada a la creación de oportunidades de información adicionales. El entorno presenta oportunidades de información, y el organismo que actúa como ingeniero ecológico es capaz de crearse oportunidades de información adicional. Dicha información no está previamente almacenada, sino que debe ser activamente extraída según lo exijan las circunstancias. De esta manera se estarían generando “nuevas formas de inferir”, las que deben ser entendidas en el contexto mayor de un proceso de “delegación y distribución” de funciones cognitivas en el ambiente (e.g. semiotic disembodiment of mind, y creación de mediadores epistémicos, en Magnani, 2007).
La tendencia oportunista de aprovechar y crearse oportunidades de información como “nuevas formas de inferencia” pondría finalmente de manifiesto una concepción del ser humano en tanto sistema buscador de oportunidades [chance-seeker system]. Estos sistemas son tales porque se involucran continuamente en un proceso de creación y extracción de posibilidades inactivas que permiten descubrir nuevos fuentes de valiosa información y conocimiento.
REFERENCE
Harman, G. (1965). “The Inference to the Best Explanation” Phil Review 74: 88-95
Magnani, L. (2008). Chances, affordances, niche construction, in I. Lovrek, R. J. Howlett, and L. C. Lakhmi (eds.), Knowledge-Based Intelligent Information and Engineering Systems, 11th International Conference, KES 2007, Vietri sul Mare, Italy, September 12-14, 2007, Proceedings, Part II, Series: Lecture Notes in Computer Science LNCS/LNAI 4693, pp. 917-926. Available form the author at http://www-1.unipv.it/webphilos_lab/papers/creating.pdf
Magnani, L. (2007). Semiotic brains and artificial minds. How brains make up material cognitive systems, in: R. Gudwin and J. Queiroz, eds., Semiotics and Intelligent Systems Development, Idea Group Inc.,
Niiniluoto,
Norman, D. (1988). The Design of Everyday Things. Addison Wesley,
Sterelny, Kim (2004). “Epistemic Artefact and the Extended Mind.” In The Externalist Challenge.
Woods, J. (2007). The concept of Fallacy is Empty. A Resource –Bound Apporach to Error. En Magnani, L and Li, P., (Eds.), Model-Based Reasoning in Science, Technology, and Medicine.
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