En la perspectiva del Computational Philosophy Laboratory de la Universidad de Pavia, la abducción manipulativa hace referencia a un proceso orientado a la construcción de mediadores epistémicos, entendidos como una herramienta semiótica versátil capaz de proporcionar fuentes de información y conocimiento a los que, de no mediar la manipulación de dichas "estructuras mediadoras", sería imposible acceder. El proceso de externalización (o descorporalización) semiótica involucrado en la formación de mediadores epistémicos está marcado por la reificación extramental, y posterior re-proyección sobre patrones neuronales, de signos materiales que, o bien no tienen asiento natural en el cerebro, o no están inmediatamente disponibles como algún tipo de representación interna (Magnani, 2007b).
Dentro de los supuestos que subyacen a estos planteamientos se encuentran las ideas de que la construcción de significados es dependiente de la materialidad que constituye la dimensión extramental, natural o artificial; que la estructuración del ambiente –a través de los denominados affordances del contexto físico inmediato- le da forma a nuestras representaciones de carácter semiótico; y que la acción de un agente puede tener un carácter epistémico que permite acceder a cierta información imposible de obtener por procesos intrínsecamente intracraneales.
Los mediadores epistémicos, construidos a través del proceso de descorporalización señalado se transforman en nuevas “oportunidades de acción epistémica” (i.e. affordances del ambiente). Estas estructuras, por ser el resultado material de un proceso de externalización semiótica (meaningful), adquieren el estatus de “modelos externos” o agentes cognitivos autónomos, capaces de “redistribuir” el esfuerzo epistémico y cognitivo con el fin de controlar información que de otro modo, como se dijo, permanecería encubierta o inexpresada.
Una posible controversia, vinculada a la propuesta de base experimental comentada hasta ahora, dice relación con la confiabilidad de todo posible procedimiento epistémico para individuar propiedades verdaderamente constitutivas del los procesos mentales o cognitivos. Cabe recordar, como se ha señalado en ocasiones anteriores, que, al parecer, “no hay un criterio que permita determinar cuál es [aquel] mecanismo […] o el conjunto de todos los mecanismos que son relevantes para determinar la individuación de una propiedad constitutiva” (Vallejos, 2008, p.21). En efecto, si se opta por una instancia de manipulación abductiva realmente participante de un proceso de descubrimiento científico, nada nos indica que el descubrimiento en cuestión no pueda haber ocurrido en base a cualquier otro mecanismo –o conjunto de mecanismos- de orden epistémico. Sin embargo, ese no parece ser el punto más central en cuanto al fenómeno de descubrimiento en ciencia, o, si se quiere, en relación al denominado “razonamiento creativo” ordinario. En principio, al menos, parece razonable considerar seriamente que, cualquiera sea la manipulación abductiva (consciente o no; mayor o menormente instintiva (Magnani, 2007a)), y cualquiera las modalidades abductivas relevantes en un determinado descubrimiento, la manipulación epistémica de objetos extramentales, dada su ubicuidad en la vida de animales como nosotros, puede constituir un “ámbito de procedimientos” imprescindible para la casualidad eficiente de hipótesis explicativas. Una alternativa más tradicional, difícil de aceptar gratamente, al menos para este comentarista, sería sostener que para cualquier proceso de descubrimiento, científico o no, los elementos representacionales internos (cualesquiera que sea su naturaleza) serían recursos suficientes para su exitosa factura y explicitación.
Referencias
Dentro de los supuestos que subyacen a estos planteamientos se encuentran las ideas de que la construcción de significados es dependiente de la materialidad que constituye la dimensión extramental, natural o artificial; que la estructuración del ambiente –a través de los denominados affordances del contexto físico inmediato- le da forma a nuestras representaciones de carácter semiótico; y que la acción de un agente puede tener un carácter epistémico que permite acceder a cierta información imposible de obtener por procesos intrínsecamente intracraneales.
Los mediadores epistémicos, construidos a través del proceso de descorporalización señalado se transforman en nuevas “oportunidades de acción epistémica” (i.e. affordances del ambiente). Estas estructuras, por ser el resultado material de un proceso de externalización semiótica (meaningful), adquieren el estatus de “modelos externos” o agentes cognitivos autónomos, capaces de “redistribuir” el esfuerzo epistémico y cognitivo con el fin de controlar información que de otro modo, como se dijo, permanecería encubierta o inexpresada.
Una posible controversia, vinculada a la propuesta de base experimental comentada hasta ahora, dice relación con la confiabilidad de todo posible procedimiento epistémico para individuar propiedades verdaderamente constitutivas del los procesos mentales o cognitivos. Cabe recordar, como se ha señalado en ocasiones anteriores, que, al parecer, “no hay un criterio que permita determinar cuál es [aquel] mecanismo […] o el conjunto de todos los mecanismos que son relevantes para determinar la individuación de una propiedad constitutiva” (Vallejos, 2008, p.21). En efecto, si se opta por una instancia de manipulación abductiva realmente participante de un proceso de descubrimiento científico, nada nos indica que el descubrimiento en cuestión no pueda haber ocurrido en base a cualquier otro mecanismo –o conjunto de mecanismos- de orden epistémico. Sin embargo, ese no parece ser el punto más central en cuanto al fenómeno de descubrimiento en ciencia, o, si se quiere, en relación al denominado “razonamiento creativo” ordinario. En principio, al menos, parece razonable considerar seriamente que, cualquiera sea la manipulación abductiva (consciente o no; mayor o menormente instintiva (Magnani, 2007a)), y cualquiera las modalidades abductivas relevantes en un determinado descubrimiento, la manipulación epistémica de objetos extramentales, dada su ubicuidad en la vida de animales como nosotros, puede constituir un “ámbito de procedimientos” imprescindible para la casualidad eficiente de hipótesis explicativas. Una alternativa más tradicional, difícil de aceptar gratamente, al menos para este comentarista, sería sostener que para cualquier proceso de descubrimiento, científico o no, los elementos representacionales internos (cualesquiera que sea su naturaleza) serían recursos suficientes para su exitosa factura y explicitación.
Referencias
Magnani, L (2007a). Animal abduction. From mindless organisms, to artifactual mediators, in: L. Magnani and P. Li (eds.), Model-Based Reasoning in Science, Technology, and Medicine, Series “Studies in Computational Intelligence”, Vol. 64, Springer, Berlin/New York, pp. 3-37.
Magnani, L. (2007b), Semiotic brains and artificial minds. How brains make up material cognitive systems, in: R. Gudwin and J. Queiroz, eds., Semiotics and Intelligent Systems Development, Idea Group Inc., Hershey, PA, pp. 1-41.
Vallejos, G. (2008). Conceptos y Ciencia Cognitiva. Bravo y Allende editores.
Vallejos, G. (2008). Conceptos y Ciencia Cognitiva. Bravo y Allende editores.
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4 comments:
Interesante a la vez que denso.
No se si alcanzo a captar el tema en toda su complejidad (se empieza a notar para bien y mal la especialización dentro de la especialización)
De todos modos me quedo con algo:
"la abducción manipulativa hace referencia a un proceso orientado a la construcción de mediadores epistémicos...una herramienta semiótica versátil capaz de proporcionar fuentes de información y conocimiento a los que, de no mediar la manipulación de dichas "estructuras mediadoras", sería imposible acceder"..."Los mediadores epistémicos...se transforman en nuevas “oportunidades de acción epistémica” ...adquieren el estatus de “modelos externos” o agentes cognitivos autónomos.
Entonces: Estos nuevos agentes cognitivos ¿acceden a algún conocimiento?, ¿son capaces a su vez de "ejecutar" o al menos ser la parte favorecida, en el sentido de ver posibilitado su conocimiento, de un nuevo proceso de "abducción manipulativa".
Mi pregunta finalmente tiene relación con una idea que veo implícita en el texto: se generan mediadores epistémicos que favorecen el acceso al conocimiento del agente cognitivo 1.. estos mediadores a su vez son considerados "agentes cognitivos" por derecho propio (agente cognitivo 2).. entonces, ¿son del mismo tipo el agente 1 y el 2, de modo que podemos predicar del 2 lo mismo que del 1? De ser así ¿por qué? (más bien ¿cómo?), de no ser así ¿por qué ocupar el mismo rótulo?.
Saludos.
Don Nuncabienponderado René:
Las propuestas de Magnani se nutren de diversos enfoques más o menos experimentales, e intentan proporcionar una teoría unificadora del descubrimiento en ciencia. Entre otros, dos de los enfoques que subyacen a sus propuestas -relevantes para las inquietudes expresadas aquí- son la semiótica del multifacético Peirce y su concepción triádica del signo (trasfondo teórico), y el concepto de los affordances del psicólogo J. Gibson (trasfondo experimental).
Affordance es un concepto fundamental en los enfoques ecológicos de la cognición corporalizada. Los affordances normalmente son caracterizados como “oportunidades de acción” que los objetos, los lugares, e incluso los eventos de un ambiente determinado proporcionan a los animales en general (léase también recursos para la acción que los animales encuentran en el ambiente). Un ejemplo típico es la pendiente de un terreno. Si es horizontal, permitirá el poder pararse y caminar sobre ella. Otro: un objeto duro y “tomable” permitirá el poder lanzarlo (debes traducir “permitir” por “afford”).
Se asume que a través de estos, y un sinnúmero de otros affordances, el ambiente y las cosas en general “nos indican” como actuar o utilizarlas.
El aporte particular del filósofo lombardo, hospitalario y amigo de la buena mesa, es un enfoque (semiótico) a través del cual se puede dar cuenta de un proceso de “delegación cognitiva” (o externalización o descorporalización) o de creación de signos materiales que puedan cumplir el mismo rol que los elementos ya disponibles en el ambiente en la forma de affordances descrito anteriormente. Esa habilidad es una característica distintiva del ser humano y su proceso evolutivo, pero, en ningún caso exclusiva de él. Magnani ha mostrado instancias del proceso en cuestión en animales típicamente considerados como “sin mentes”.
Lo que se externaliza no es un agente intencional (al modo de una clonación, como parece desprenderse de tu pregunta), sino una “estructura mediadora” (ver Hutchins para el caso) que no está disponible internamente, sino hasta después de ser creada en el ambiente extramental (y luego internalizada vía proceso de reproyección en patrones neuronales). La manipulación multimodal de dicha estructura, según se postula, sería imprescindible para gatillar hipótesis explicativas, y en consecuencia para explicar aspectos del razonamiento conducente al descubrimiento científico (razonamiento abductivo). El carácter cognitivo del mediador se lo da el hecho de ser el resultado de esta externalización semiótica, y también la serie de implicancias autónomas (impredecibles) ocasionadas por la manipulación abductiva, las que incluso pueden ser de carácter moral. Esto último da pie a la otra línea de investigación del filósofo italiano: moral distribuida en un mundo sobre-tecnologizado.
Los ejemplos, que no son pocos y resultan muy esclarecedor del enfoque en cuestión, me los guardo para cuando nos juntemos, "por razones que serían muy largas y que no vienen al caso exponer aquí"(...eso es lo que suelen decir algunos filósofos ontológicos chilenos para terminar sus comentarios xD)
Saludos,
B.
Vale..
Suena interesante eso de la moral distribuida.
Sobre el agente cognitivo: nuevamente un tema de uso del concepto. Entiendo por "agente cognitivo" aquel que tiene, en términos simples, la facultad de conocer.
Parece que el uso que le da el hospitalario va en la línea de que el producto de una actividad cognitiva, en la medida que facilita o permite nuevas actividades cognitivas (del agente 1); es concebible como un agente cognitivo por derecho propio.
Concuerdo, por lo que entiendo, con que estas estructuras tienen un rol en la cognición del agente 1... pero no encuentro necesaria la conexión entre esto y su denotación como agente.
Efectivamente, hay ya cierta tendencia a considerar como congnitivo aquello que parece ser literalmnete constitutivo del sustrato físico de la cognición en general. Todo elemento (interno o externo) sin lo cual (se asume que) no puede haber cognición, tiene -de alguna manera siempre controversial- la propiedad de ser cognitivo.
Ese es, por lo que entiendo, precisamente el argumento a favor de la extensión mental. Y de ahí nace también el cuestionamiento acerca de la verdadera confiabilidad de la denominada "evidencia experimental confiable".
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