Breve historia de un problema antiguo y nuevo a la vez.
0. Conocimiento de tipo popular. La investigación arqueológica revela que hasta en las culturas humanas más ancestrales existía la creencia en algún “mundo” más allá de la muerte. Una dimensión a la que puede acceder aquello que supuestamente sobrevive al cuerpo.
1. La 'introspección' como método de estudio de la mente se sustenta en el dualismo mente-cuerpo. El dualismo carece de fuerza explicatoria, así como de una evidencia positiva independiente a su favor. ¿Cómo se relaciona una sustancia física con otra que no lo es? ¿Cuál causa a la otra, y cómo lo haría? La mente sería el alma. Dios habría sincronizado la mente y el crebro para que actuaran en completa armonía. Fin de la historia.
2. El 'conductismo' vio los árboles, pero no el bosque. Al reducir lo mental sólo a las disposiciones conductuales públicamente observables, se plantea un análisis 'circular' e 'infinito' (explicando disposiciones conductuales en base a otras disposiciones conductuales). Al mismo tiempo, se niega toda mentalidad de carácter interno (pero el' dolor' se puede sentir aunque la conducta no lo exprese externamente)
3. A mediado de los 50s, en el siglo pasado, surge la Teoría de la Identidad. Los estados mentales son procesos cerebrales. Cuestionamiento: Chovinismo de especie que limita la mentalidad sólo a las especies que posean un cerebro bioquímicamente similar el nuestro. La propuesta alternativa postula identidad entre una ‘instanciación’ particular de un estado mental y un estado cerebral. Pero ¿por qué esto ha de ser así? Se dice que la idea es agrupar estados cerebrales dispersos en función del rol común que tengan en la determinación del comportamiento. ¿El fantasma del Conductismo nuevamente?
4. Para evitar caer el impasse Conductista, se propone el Funcionalismo de máquina. Es la manera en que funcionan los estados físicos la que realiza nuestros estados mentales. Nace la “metáfora del computador”. La mente es al cerebro como el software es al hardware. El mismo programa puede funcionar en cualquier “máquina o dispositivo físico”. El funcionalismo radical postula que la mente ES un programa que corre en los humanos, con el cerebro como hardware que lo soporta. El tipo de procesamiento es la manipulación algorítmica de símbolos abstractos. El hardware incluye unidad de input (sensorio-perceptoras), de procesamiento central, y de output (respuesta motora). Cuestionamiento: los símbolos abstractos son representaciones de la realidad de dudosa causalidad eficiente. ¿Dónde cabe almacenar tanta información de la realidad externa?
Los eventos del mundo afectarían las representaciones internas, pero no las causarían.
Mmmhh…
5. Surge el ‘eliminativismo’. Según éste, no corresponde asumir a priori la existencia de lo que se denomina, por sentido común, ‘deseos’, ‘creencias’, ‘temores’, etc. La noción de mente de sentido común está destinada a sufrir la suerte de cualquier otra creencia sostenida en el pasado: fantasmas y vampiros, que el espacio vacío (aparente) se llenaba de un éter, etc. La labor de la filosofía no es sólo tratar de descubrir esquemas científicos que expliquen las visiones del sentido común, sino también examinar críticamente los enfoques científicos para ver si la visión del sentido común es realmente sólida.
6. El eliminativismo materialista no es una doctrina del todo o nada. Hay entre sus defensores aquellos que aceptan que alguna de nuestras ideas de sentido común pueden tener cabida en alguna teoría científica del futuro. Sin embargo, rechazan la idea de que cada teoría científica plausible tenga que incorporar todas nuestras intuiciones pre-teóricas.
7. ¿Podemos realmente llegar a despreciar cualquier conglomerado de ‘conceptos’ popularmente relacionados a la mente? ¿En qué medida la legitimidad de estos conceptos depende de su cabida en alguna teoría científica? Es en virtud del eliminativismo materialista y de su radicalidad que se han podido colocar estos temas al centro de la discusión.
Lectura sugerida:
Brooks, R.A., “Intelligence without representation”, Artificial Intelligence 47 (1991), 139–159.
Anderson , Michael L. “Embodied Cognition: A field guide.” Artificial Intelligence 149 (2003) 91–130
Hutchins, Edwin. 2000. “Distributed Cognition.” University of California, San Diego. IESBS Distributed Cognition
Wilson , Margaret. “Six Views of Embodied Cognition.” University of California, Santa Cruz. Psychonomic bulletin & review, 2002 vol. 9, no4, pp. 625-636
Clark, Andy. 2001. “Mindware: an introducton to the philosophy of cognitive science.” New York :Oxford University Press
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