May 06, 2007

¿Qué marca y delimita lo cognitivo?










En un debate sin tregua, las propuestas de los “los amigos de la Mente Extendida” han sido directamente cuestionadas por Adams & Aizawa ((2001), (In Press)), quienes sostienen la irrelevancia de aspectos no biológicos situados fuera del límite de lo intracraneal, en tanto elementos constitutivos del procesamiento cognitivo de algún agente determinado. Este tipo de elementos externos al agente (que también pueden ser biológicos cuando se trata de un procesamiento extendido que incluye la participación de otros agentes cognitivos), dice la crítica, no cumplirían un rol inherente a lo cognitivo, toda vez que dicho rol sólo puede ser jugado por procesos causales internos que involucren un ‘contenido no derivado’. Este contenido no derivado es caracterizado como ‘la marca de lo cognitivo’, es decir, como aquello que hace cognitivo a un agente o proceso cognitivo. Por su parte, Clark (2006) responde a la crítica en cuestión con una astuta movida que –a pesar de realizar la denuncia- no intenta resolver la falta de claridad de la naturaleza del contenido no derivado planteado por A & A. Más bien, la respuesta ataca dos implicancias (supuestamente auto-desarticuladoras) desprendibles de los argumentos que arremeten en contra de hipótesis de la mente extendida (ME):

i) Si la ‘falacia de acoplamiento constitutivo’, basada en la naturaleza no derivada del contenido mental, es aplicable a los elementos externos (constitutivos de la cognición según la ME) del agente cognitivo, entonces también es aplicable a cualquier componente constitutivo interno de algún proceso cognitivo determinado (i.e. si el notebook de Otto no es un elemento inherente a cierta rutina cognitiva, tampoco lo es cualquier neurona o población neuronal V4 que participe en la misma rutina). Esto porque, aún asumiendo la existencia de un contenido intrínseco, del hecho que algún agente cognitivo procese estados con dicho contenido no se sigue que las partes putativas del sistema cognitivo también deban hacerlo (i.e. no es necesario que todos los componentes del sistema que realiza X también realicen X).

ii) Limitar los procesos cognitivos a un tipo de actividad neuronal de agentes biológicos terrestres que dependan exclusivamente de las leyes y regularidades informadas hasta ahora por la investigación empírica resulta un planteamiento no sólo chauvinista, sino que además reticente al descubrimiento de cualquier otro proceso que pueda ser parte de la base de superveniencia de estados disposicionales detrás del comportamiento inteligente (lo que no se condice, por ejemplo, con la manera en que la neurociencia ha ido avanzando –o extendiéndose- hacia el estudio de sistemas neuronales).

De i) y ii) se sigue que la naturaleza intrínseca de un sistema cognitivo (o sus partes) no sería una consideración más relevante que la mayor o menor inherencia de la función constitutiva de dichos componentes en relación al resto del sistema. Por esta razón se afirma que “lo que hace cognitivo a un proceso dado es que actúe como soporte del comportamiento genuinamente inteligente” Clark (2006, p.20).

Finalmente, de la defensa Clarkeana se desprende que el interés de “los amigos de la ME” por un acoplamiento híbrido, asentado en la complementariedad y la integración de componentes biológicos y no biológicos, persigue una caracterización de los sistemas cognitivos que, a juicio de sus defensores, sólo responde a una nueva etapa de la forma en que se ha venido extendiendo funcionalmente (cortesía de los avances en tecnología, bio-simulación, neurociencia y teorización filosófica, entre otros) el entendimiento y el límite de lo mental.



REFERENCIA

Adams, F. and Aizawa, K (In Press) Why the Mind is Still in the Head. In M. Aydede and P. Robbins (eds) Cambridge Handbook of Situated Cognition (Cambridge University Press)

Adams, F. and Aizawa, K. 2001. The Bounds of Cognition. Philosophical Psychology 14:1: 43-64.

Clark, A. (2006) "Coupling, Constitution and the Cognitive Kind: A Reply to Adams and Aizawa” to appear in R Menary (ed) THE EXTENDED MIND (Ashgate 2006)

Clark, A (2005) “Intrinsic Content, Active Memory, and the Extended Mind” Analysis 65:1: p.1-11

Clark, A, and Chalmers, D. 1998. The Extended Mind. Analysis 58:1: 7–19.

- Reprinted In The Philosopher's Annual vol 21-1998. Ridgeview, 2000: 59-74.

- Also reprinted in D. Chalmers (ed) Philosophy Of Mind: Classical and Contemporary Readings. Oxford University Press, 2002.

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