March 26, 2008

Notes on Abductive Manipulation 2
















Uso de artefactos epistémicos: ¿herramienta del o para el pensamiento?


En una perspectiva externalista, parece haber consenso respecto del rol central que el uso de artefactos epistémicos juega en la explicación de los procesos que subyacen a la conducta inteligente de los seres humanos. Aclaremos, por lo pronto, que un artefacto tiene carácter de epistémico cuando su uso, además de cumplir un rol material directo en la modificación del entorno, sirve como template (molde o plantilla) para su propia reproducción. Sin embargo, dicho consenso se disipa cuando se plantean afirmaciones relacionadas al rol constitutivo que dicho fenómeno podrían tener en los procesos cognitivos. En este sentido, el uso de los denominados artefactos epistémicos pueden caer al menos, según lo que nos interesa contrastar por ahora, en una de dos posibles trincheras: o bien el fenómeno es considerado un aspecto del pensamiento en sí mismo (ver Clark, 1997, 2006 y En Prensa; Clark & Chalmers,1998), o bien esta manipulación es considerada como el resultado de una habilidad que depende de la elaboración de representaciones mentales resultantes a partir de dicha manipulación (ver Sterelny, 2003 y 2004).

En el primer caso, la creación y manipulación de los recursos fisicos del ambiente es considerada un extensión acoplada con el organismo, consituyéndose un complejo de loops casuales entre el cerebro el cuerpo y el ambiente, en su carácter de socios con idénticos derechos causales.Ya que los artefactos participantes de la manipulación epistémica juegan un rol crucial en el “aquí y el ahora”, se sostiene que estos 'andamios' cumplen un rol contingente activo en los procesos cognitivos relevantes, desbordando, de esta manera, la delimitación intracraneal a la que ha estado confinada la cognición tradicionalmente. En el segundo caso, el uso más o menos efectivo de herramientas epistémicas es entendido como una habilidad dependiente de lo que Sterelny (2003) ha denominado 'representaciones desacopladas', más o menos fieles a las características del mundo externo que rastrean. De esto último dependerá también el éxito que un agente tenga frente a los desafíos de sobrevivencia que imponga el ambiente. Dicha relación de ajuste entre las representaciones y el uso efectivo de herramientas tiene lugar en base a una relación de apoyo mutuo “For our use of epistemic artifacts explains the elaboration of mental representation in our lineage, and this elaboration explains our ability to use epistemic artifacts.” (Sterelny, 2004, p. 241).

La última afirmación puede parecer demasiado circular, pero se entiende mejor en el contexto de lo se ha dado en llamar la “construcción de nichos” y su rol en una visión revisada de la teoría de la evolución por medio de selección natural. Según Sterelny (2004), la acción modificadora del ambiente producida por los animales ('ecological engineering'), con el propósito de enfrentar desafíos de sobrevivencia, ha sido soslayada por parte del análisis evolucionario tradicional. En este último, se habría puesto una exclusiva atención a la manera en que los organismos intentan adaptarse a un trasfondo ambiental que pondría constreñimientos estáticos sobre la acción de dichos organismos. Una excepción a esto la constituyen ciertos modelos sociales del comportamiento (teoría de selección sexual, teoría de juegos, etc.) que consideran el ambiente social como conformado por agentes que toman decisiones. Sin embargo, esto no es así en el caso del comportamiento ecológico en cuestión. Una de las razones detrás de esta neglicencia teórico-científica, según Sterenly, tiene que ver con los enfoques centrado en los 'modelos de optimización'. Al especificar un conjunto de estrategias que un agente dado tendría a su disposición en una determinada situación, se suele incluir una medida del costo/beneficio asociado a cada estrategia, especificándose los rasgos del ambiente que determinarían aquellos costos y beneficios. Estos últimos, junto los rasgos ambientales relevantes, están determinados de manera fija, y el juego consiste, por lo tanto, en que el agente sólo puede elegir una estrategia apropiada dado este conjunto fijo de factores.

Los modelos que se anfocan en lo anterior pueden resultar apropiados en el caso de tareas simples de toma de decisiones, donde la carga cognitiva sería baja. Por esto úlitmo se debe entender aquel comportamiento en que el procesamiento informativo resulta un sub-producto directo de la rutinas de comportamiento involucradas. Alternativaemnte, en aquellos otros casos donde, para aprovechar oportunidades de sobrevivencia de mejor manera, es necesario recurrir a información que no se encuentra inmediatamente disponible en el entorno, dichos modelos no suelen dar cuenta de las estrategias empleadas por los agentes en cuestión. En estos casos, la carga cognitiva es mayor, por cuanto se hace pertinente alterar el carácter informacional del ambiente, a través de un procedimiento de ingeniería ecológica. Esta estrategia es la que se concoce con el nombre genérico de “construcción de nichos cognitivos”, de gran significancia evolutiva, por cuanto implicaría efectos de selección natural tanto sobre los ingenieros ecológicos como sobre sus desencientes.

La relación de apoyo mutuo entre la manipulación de artefactos epistémicos y la creación de representaciones desacopladas, anteriormente mencionada, tiene un implicancia interesante para la caracterización de la relación más general entre los agentes cognitivos y las herramientas (también constitutivas del sustrato físico de la cognición si se adhiere un enfoque extendido de la cognición). Desde un punto de vista evolutivo, el “salto cognitivo” que la especie humana parece haber experimentado an algún momento, puede haber sido gatillado por una habilidad para extender nuestras capacidades cognitivas a través de la interacción con ambiente. De hecho, como ilustra Sterelny (2004), la potenciación de las habilidades cognitivas contenidas en esta interacción parece evidente en los casos en que (1) alteramos el ambiente para alivianar las exigencias de almacenamiento de información en nuestra memoria, (2) transformamos problemas cognitivos difíciles en problemas perceptuales más simples, (3) transformamos problemas perceptivos difíciles en problemas perceptivos más simples, (4) trasformamos problemas de aprendizajes difíciles en otros más simples, y (5) llevamos a cabo transformaciones ingenieriles sobre los ambientes de trabajo con el propósito de completar tareas frecuente de manera más rápida. No obstante todas estas virtudes resultantes de la interacción potenciadora del ambiente, es posible sostener que aquella visión según la cual un agente logra literalemnte extender el sustrato físico de los procesos cognitivos hasta los artefactos que manipula carece de una consideración relevante. Cuando dicha manipulación se realiza en un contexto social, es probable que las manipulaciones artefactuales realizadas por otros muchos agentes congnitivos, para sus propios propósitos específicos, causen la "opaquicidad" de nuestras propias manipulaciones. Por la misma razón que nuestras percepciones difieren de nuestros procesos sensoriales internos, con respecto a factores como el ruido, interferencia y sabotaje continuo, las manipulaciones realizadas por diversos agentes se caracterizan por hacer muy difícil la vida de cada agente en particular. Más compleja y evidente es la situación en que la manipulación se realiza en base a artefactos compartidos. Luego, el enfoque de apoyo mutuo entre manipulaciones de artefactos epistémicos y la supuesta creación de representaciones desacopladas pareciera ofrecer una caracterización de la relación agente/artefacto que sirve, a la vez, como un aspecto de crítica razonable a la hipótesis de la mente extendida, según la cual el uso de estos artefactos constituye un aspecto del pensamiento mismo. La crítica razonable se leería de la sigueinte manera: la supuesta extensión de los procesos cognitivos parece sólo plausible cuando se postula en referencia a un sólo agente, aislado de cualquier entorno social.

El cuaderno the Otto es una extensión de Otto en la medida que nada opaque el artefacto. La mente extendida de Otto, según se desprende de la crítica, pareciera ser posible en un mundo habitado por un solo miembro de la especie humana: Otto.




REFERENCIAS


Clark, A. (2006). Language, embodiment, and the cognitive niche. Trends in Cognitive Sciences Vol.10 No.8

Clark, A. (1997). Being There. Putting Brain, Body, and World Again. Cambridge, Massachusetts: The MIT Press.

Clark, A. & Chalmers, D. (1998). The Extended Mind. Analysis 58: 10-23.

Clark, A. (In Press). Supersizing the Mind: Embodiment, Action, and Cognitive Extension. Oxford: oxford university Press

Sterenly, Kim (2004). Epistemic Artefact and the Extended Mind. En The Externalist Challenge . Berlin: Walter de Gruyter, edited by Richard Schantz.

Sterenly, Kim (2003). Thought in a hostile World. New York: Blackwell.





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